Los procedimientos quirúrgicos orales pueden tener múltiples propósitos:
- La extracción de dientes incluidos en el espesor del hueso o semiincluidos.
- La extracción de restos de raíces fracturadas.
- La eliminación de granulomas (inflamaciones crónicas) o de quistes en zonas periapicales (es decir, en las inmediaciones de la punta de alguna o algunas raíces dentarias).
- La extirpación de quistes maxilares.
- La conformación del hueso y de la encía para recibir adecuadamente prótesis dentarias (cirugía preprotésica).
- La eliminación de frenillos labiales o del frenillo lingual, que producen alteraciones en la posición de los dientes y/o en el habla.
- La extirpación de glándulas salivales menores.
- La toma de tejidos para analizarlos, etc.
Riesgos probables en condiciones normales
Todas las intervenciones quirúrgicas implican una serie de riesgos e inconvenientes que son inevitables y hay que asumir . Aunque relativamente frecuentes, no suelen tener mayores repercusiones y se curan al cabo de pocos días, pero deberá consultarlos para que podamos procurarles rápida resolución. Son:
- Los derivados de la anestesia local, ya comentados.
- La aparición de dolor o inflamación en la zona tratada.
- Pequeñas hemorragias o hematomas ….
Naturaleza del tratamiento
Aunque la finalidad puede variar, las técnicas empleadas serán muy semejantes, e implican, previa anestesia, la incisión de la encía, su despegamiento en mayor o menor grado, la extirpación de los tejidos patológicos o sobrantes (con legrado, en su caso, del lecho óseo, si lo hubiera) y, por último, la sutura la herida.
Si la finalidad de la maniobra fuese la obtención de tejidos para su análisis histopatológico (biopsia), hay que obtener dicha muestra.
Referencia bibliográfica:
Consejo de Dentistas: http://www.consejodentistas.es/ciudadanos/informacion-clinica/tratamientos/item/172-informacion-sobre-cirugia-bucal.html